Backlighting: Brillar desde adentro

Qué tener en cuenta para incorporar backlighting a la decoración de tu local

La iluminación es un aspecto clave en la decoración. Con sólo encender un interruptor, un ambiente puede cambiar completamente, según la forma en que esté iluminado. Por eso, no es una decisión para tomar a la ligera. Aquí te contamos qué debes tener en cuenta si quieres incorporar backlighting a tu decoración.

¿Qué es el Backlighting?

El backlighting, tal como la palabra en inglés sugiere, es la acción de iluminar un objeto desde atrás, ya se trate de un cuerpo opaco o traslúcido. Cuando iluminas por detrás un diseño artístico, un cartel o producto, se genera la ilusión de que dicho objeto brilla por sí mismo. Este tipo de iluminación es perfecta para generar una decoración atractiva y agradable, añadiendo una cuota justa de dramatismo. Por otro lado, el backlighting es una forma simple de generar un ambiente moderno.

Sin embargo, no se trata de comenzar a iluminar cada estante u objeto de tu local, a menos que quieras transmitir una sensación más chocante, al mejor estilo Star Wars. Una buena opción es emplear backlighting en cartelería. Por ejemplo, iluminar por detrás el logo de una marca da los mejores resultados, sobre todo en diseños tipográficos simples. Esa ilusión de “brillo propio” logra un gran equilibrio: llama la atención, a la vez que brinda una sensación de calidez y bienestar al espectador.
Otra buena opción es iluminar carteles con diseños publicitarios o fotografías. La luz por detrás aumenta el dramatismo de las imágenes, los colores resaltan y llaman más la atención.
Luego, se puede elegir iluminar algunos estantes o repisas, por ejemplo aquel en el que se encuentren productos destacados, o novedades.

Lo mejor del backlighting es que no es costoso, ni de difícil colocación. Para este tipo de iluminación suelen emplearse luces LED. Esta tecnología ofrece múltiples ventajas. En primer lugar, es de fácil instalación. En el mercado las lámparas LED adoptan diversas formas, en tiras, por ejemplo, lo que permite una gran maleabilidad para disponer la iluminación tal como uno la quiere. En segundo lugar, las lámparas LED ofrecen una gran fidelidad, lo que implica mayor durabilidad (más de veinte años). Por último, el consumo de las lámparas LED es el más bajo del mercado.